Este śabado día 25, alrededor de 70.000 personas desde diferentes puntos del planeta estuvimos escuchando al reconocido y querido psicopedagogo, pensador y dibujante Francesco Tonucci o ‘Frato’ reflexionar sobre las posibilidades de encontrar una buena escuela en la cotidianidad del confinamiento en el que vivimos. Su exposición fue cercana y sus propuestas interesantes a la par que sencillas y accesibles.

Cambio y creatividad

Comenzó haciendo mención a la necesidad de cambio, y a que la creatividad nace de la angustia, como el día nace de la noche oscura; haciendo referencia a la difícil situación que vivimos actualmente desde una mirada esperanzadora. Proponía considerar la casa como un laboratorio escolar, y a los padres asistentes de laboratorio. Explorar en ese sentido las posibilidades que nos ofrece nuestra casa para abordar habilidades, nociones y competencias de diferentes niveles escolares, no con idea de carácter lúdico.

El juego como derecho y deber

Tomaba como base fundamental para el niño el juego. No sólo como derecho, también como deber del niño, como su labor fundamental. Para argumentar lo cual también mencionó a lo largo de su exposición abundantes artículos de la declaración de los derechos del niño de 1989 y de las legislaciones tanto españolas como italianas donde se hace mención al interés superior del menor en este sentido. Tonucci: la casa como laboratorio escolar

Propuestas para el laboratorio escolar

Pero centrándonos en sus propuestas concretas, podríamos hablar de la casa laboratorio o la casa de los descubrimientos, para aprender habilidades, reglas, características, nociones… Así habló de lo interesante de conocer el sistema eléctrico de la casa, o de conocer el recorrido del agua y del gas; habló de la cocina como laboratorio de ciencias donde entender procesos como la cocción, el hervir, el hornear, las proporciones de los alimentos; habló de trabajar la geometría dibujando los planos de casa, habló de cuidar una planta y utilizarla como objeto de observación y de descripción, del arte casero, de cómo construir cine en casa, de cómo trabajar la lectura y la lengua, la historia…

Ideas pedagógicas a la par que terapéuticas

Pondré un poquito de atención mediante mis líneas en estas últimas propuestas, porque me parecieron además de muy interesantes propuestas pedagógicas, interesantes ideas para abordar tareas que pueden resultar terapéuticas tanto en el ámbito familiar, como a nivel individual.

Su propuesta en historia tenía que ver con que los niños pudiesen recopilar, en formato digital y/o físico fotos significativas que les ayudasen a construir la narrativa de sus vidas, poniendo un número y un título, pudiendo hacer la presentación en formato digital o en papel. Igualmente se puede construir la historia familiar, hablar de quienes son, de cómo se conformó la familia, qué cosas son importantes para ellos…me parece una hermosa tarea para reforzar la mítica familiar y fortalecer los lazos solidarios intrafamiliares.

Respecto a la lengua, propuso que cada niño tenga un cuaderno donde todos los días escriba su diario. Pienso que puede resultar muy interesante para que esos niños tengan un espacio donde poder contar, expresarse y comunicarse, también donde poder desahogarse.

En el ámbito de la lectura hizo varias propuestas interesantes, de las cuales rescato una por la implicación familiar que tiene y el espacio que puede generar. Propone lectura en familia diaria, en voz alta, como si fuera un teatro, media hora diaria. Elegir en familia un libro interesante, tal vez una novela, no necesariamente un libro infantil. Que lea un adulto, o tal vez puedan participar ellos, fomentando el gusto por leer, el placer, la necesidad de leer con sentido y sentimiento…generando a su vez un espacio y un momento de complicidad familiar.

Para finalizar rescataré una de sus propuestas en el ámbito de la escritura, por su potencial en varios sentidos. Propone recuperar la ya antigua forma de comunicarse vía correo ordinario, de escribir una carta a alguien. Me parece una rica propuesta tanto para hablar de una misma, como de qué está sucediendo alrededor, de poder darle forma a lo que una piensa…y también de mantener una comunicación directa con alguien que vive en otro lugar, con la alegría que supone recibir una carta en el buzón y el poder leerla y releerla.

Un rincón para la intimidad

Su exposición y las preguntas posteriores dieron bastante más de sí; pero he querido rescatar la esencia de algunas de sus propuestas y hacerlas también mías por lo ricas que son en muchos aspectos, y lo sencillas a su vez. Propuestas que pienso pueden resultar de mucho interés para llevar acabo en el contexto familiar ahora en época de confinamiento, y después también cuando salgamos de él. Otro aspecto en el que quiero poner el acento para cerrar, ya que yo también observo en mi trabajo la importancia del mismo, es el de preservar un espacio de intimidad, de privacidad de los niños. Que tengan la opción de escapar a su rincón, a su territorio de intimidad, de esconderse en su cabaña, donde puedan jugar solos, leer el libro que quieran, o estar allí sin que nadie acceda al mismo sin su visto bueno. Pienso que es una propuesta interesante tanto para niños como mayores.

¡Ójala seamos capaces de disponer de todo nuestro potencial creativo tanto como familias, como individuos y como sociedades para construir y reinventar todo eso que queremos cambiar! ¡Vamos a ello!